2014 - Encuentro en Carmona (Sevilla)



Antes de las diez y media de la mañana, hora fijada para el encuentro en la venta El Potro, ya se hacían oír los primeros "retozos" de esos "caballos" ya viejos pero con el espíritu joven de los que recorrerían catorce praderas de una punta a la otra.

Ya pasó un año, un año más que empieza a notarse en los rostros, en los flequillos ausentes, exclamaciones de alegría cada vez que hacía su entrada uno nuevo en el lugar, abrazos y cordiales saludos entre aquellos que a pesar del tiempo siguen unido por la amistad que se fraguó en aquel tiempo en el que todos despertábamos al mundo y compartimos los mismos momentos en los mismos lugares, con los mismos educadores. Y es por eso por lo que me atrevo a decir una y otra vez que cada uno seremos de una condición, pero todos hemos mamado de la misma fuente y recibido los mismos cuidados y atenciones, y eso queramos o no nos ha marcada de alguna manera, y aunque pasen siglos, es una metáfora, seguiríamos identificándonos como si fuéramos todos de la misma camada.

Tal sea este el día más corto del año, hablas con uno y otro a retazos mientras caminas por esas calles de Carmona llenas de historia buscando los lugares estratégicos marcados en la ruta, intentas estar un rato con todos, intercambiar algo más que saludos, quieres no dejarte a ninguno sin saber siquiera como le va y como se encuentra. Las horas van pasando con momentos de risas, es un día especial que te hace rejuvenecer cuando las anécdotas van de un lado para otro de una mesa de comensales que comparten también las esposas y compañeras que con el tiempo son partícipes de todos esos momentos y que parece estuvieron allí con nosotros de lo sabedoras de nuestro anecdotario, algunos repetido cada año, pero como si fuera el primero arrancando carcajadas.

Este año se ha reconocido la labor de Bernardo Cruz y Manolo Sánchez Cobos por ese esfuerzo en hacer que no se pierda estos momentos mágicos, espirituales, organizándonos cada uno de los encuentros con todos los detalles. No nos hemos ido y ya está fijado el próximo. PILAS.

Juan Manuel puede sentirse satisfecho por la labor que desarrolló y por el logro conseguido, tiene la dicha de tener dos familias, la suya propia y esa otra a la que pertenecemos todos nosotros, esa en la que mamá gallina sigue arropando a todos sus pollitos bajo el cobijo de sus alas. Ahí estaba a la cabeza en ese lugar preferente, hablando con unos y con otros, reflexionando sobre determinados traumas, que sin serlo realmente, purulan por la mente cada uno buscando una respuesta, una respuesta por otro lado bien sabida.

Los "niños de Juan Manuel" fueron ayer de excursión a Carmona, fue un día grande, un día que supo a poco y que con el momento de la despedida, abrazos sentidos, retomaba cada uno la vuelta a su "camarilla", a su habitación particular, a su entorno, a continuar con sus quehaceres y con su vida cotidiana.

Ya falta un día menos para el próximo encuentro, si no te apuntas es porque no quieres, todos tienen su sitio reservado, no lo dejes desocupado. UN ABRAZO A TODOS Y GRACIAS POR HABER ESTADO COMPATIENDO ESAS HORAS, especialmente a Muñiz el "speaker" improvisado que nos dio la "tabarra" a la hora de la comida, originador de risas desde el entrante al saliente.


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