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Se divide actualmente en diez circunscripciones que se corresponden con las áreas de Coria, Cáceres, Casar de Cáceres, Valencia de
Alcántara, Alcántara, Alcuéscar, Casar de Cáceres, Gata, Montehermoso y Casar de Palomero. Su extensión es de 10.057 kilómetros cuadrados, con una población de 224.
394 habitantes, entre los que no se incluyen los del área de influencia de Plasencia y Guadalupe. El número de parroquias actuales se eleva a 154, con 128 sacerdotes
diocesanos y 19 extradiocesanos.
En términos históricos, todavía hoy se desconoce el origen y la fecha exacta de creación de la Diócesis de Coria, aunque se cree que fue fundada por San Silvestre
en el año 338, en tiempos del emperador Constantino. Sí hay certeza escrita de que existía en el 589 por aparecer Jacinto, obispo de Coria, en las actas del III
Concilio de Toledo.
Inicialmente, la diócesis se denominaba únicamente de Coria. Algunos de sus obispos más destacados fueron Suero I (1157-1168), Arnaldo I (1157-1232), Fernando I
(1261-1271), Pedro García de Galarza (1579-1604), Antonio Sánchez Cid y Carrascal (1815-1821) o Pedro Segura Sáez (1920-1926).
El 21 de junio de 1957 es otra fecha clave. El papa Pío XII eleva a Cáceres a la cabecera de la diócesis conjuntamente con Coria. Por entonces el obispo era
Manuel Llopis Ivorra, que se mantuvo en el cargo desde 1950 a 1977. Llopis construyó los nuevos seminarios de Coria y Cáceres y creó una asociación benéfica para
construir casas para los necesitados de Cáceres (de ahí el actual barrio que lleva su nombre en la capital). En 1977 le sucede Jesús Domínguez Gómez, pastor muy
querido por sus diocesanos, que permaneció en el obispado hasta 1990, cediendo el testigo a Ciriaco Benavente en 1992.
El área territorial diocesana de la Sede Pacense fue durante siglos muy pequeña, ya que se extendía en una pequeña franja estrecha sobre la frontera portuguesa,
desde Alburquerque hasta Zafra y Fregenal de la Sierra. El acontecimiento histórico más relevante para esta diócesis fue la publicación de la Bula “Quo Gravius”
(1873), del Papa Pio IX, por la cual se suprimían los Prioratos de las Órdenes Militares de Santiago (Llerena) y de Alcántara (Magacela y Zalamea de la Serena), cuyos
amplísimos territorios jurisdiccionales quedaron, en su gran mayoría, integrados en la Diócesis de Badajoz; con lo cual aumentaría en más de cinco veces su superficie
territorial y su población.
Ya en el s. XX, se modificarían de nuevos sus límites diocesanos por un Decreto de la Sede Apostólica (1958) que agregó al Obispado de Badajoz el Arciprestazgo de
Castuera, que venía perteneciendo al de Córdoba, así como algunos pueblos de la Diócesis de Coria. En cambio, perdió el Arciprestazgo de Montánchez, que quedó
agregado a la Sede Cauriense.
Con estas modificaciones la Diócesis de Badajoz quedó con una extensión de 17.396 kilómetros cuadrados, y una población aproximada de seiscientos mil habitantes,
que representan prácticamente la totalidad de la provincia de la Baja Extremadura.
Por último, el día 28 de julio de 1994, Su Santidad el Papa Juan Pablo II, por la Bula “Universae Ecclesiae sustinentes” crea la nueva Provincia Eclesiástica de
Mérida-Badajoz, que comprende a las tres diócesis extremeñas: Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia, y nombra primer Arzobispo de la nueva Sede Metropolitana a Monseñor
Antonio Montero Moreno, que toma posesión de la Archidiócesis en el acto de ejecución de dicha Bula, en Mérida, el día 12 de Octubre de 1994.
En la actualidad es Ayuntamiento de la Provincia de Cáceres, Partido de Plasencia y de la Audiencia Territorial de Cáceres, en lo eclesiástico la parroquia de
San Servando y Nuestra Señora del Olmo, del Arciprestazgo de Granadilla (Espíritu Santo), Cabeza de Arciprestazgo Guijo de Granadilla, Diócesis de Coria y Archidiócesis
de Mérida-Badajoz.
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