Slider 1 Slider 2 Slider 3 Slider 4 Slider 5 Slider 6 Slider 7 Slider 8 Slider 9 Slider 10 Slider 11 Slider 12


El silencio de Rafael de Penagos
"El padre Elias"


Las voces más deslumbrantes son las que convierten en sonoro el silencio. Rafael de Penagos debía ser algo brujo porque obraba este prodigio como nadie. el pasado jueves 21 de febrero de 2010, fallecía en un hospital de Madrid Rafael de Penagos, a los 86 años de edad. Poeta laureado y artista insuperable de la voz y de la palabra, con Rafael de Penagos se extingue uno de los últimos representantes de la generación dorada de actores de doblaje de este país.

En cuanto a “Alegre juventud” (1962), película escrita y dirigida (de manera mucho más saneada y pulcra de lo que el director acostumbrará a hacer durante la mayor y más reciente parte de su carrera) por Mariano Ozores (con el asesoramiento religioso del reverendo padre Vicente Puchol, director del secretariado de la comisión episcopal de seminarios), diremos que se trata de una santísima película, ambientada en un centro de formación de sacerdotes y con sus seminaristas como principales personajes. Un intento más (de los muchos que proliferaron en los aperturistas años sesenta, post-conciliares) de acercar la iglesia católica y sus fieles celebrantes a la feligresía.

En ella, Rafael de Penagos es el padre Elías, quien pone su santa paciencia al servicio de los alegres muchachetes que practican el fútbol asumiendo las funciones del árbitro de los partidos. Adolfo Marsillach, que ya estaba hecho a la sotana desde “Cerca de la ciudad” (Luis Lucia, 1952), encarna al comprensivo pero firme padre Ramón. Manuel Gil es Luis, el atlético seminarista que destaca por sus dotes natatorias y por haber sido capaz de plantar a una novia tan estupenda como Alicia (Elisa Montés) para abrazar la vocación sacerdotal (aunque, finalmente, no concluirá su preparación), Rafael Arcos, por su parte, interpreta al problemático Carlos, víctima de una mala relación con su padre (Antonio Prieto) y de las malas compañías (Emma Penella, que se reforma al final, y el hercúleo Francisco Vázquez), las cuales le hacen cómplice de un robo y terminar el film en prisión; y los hermanos Ozores, Antonio y José Luis, quienes dan vida al avispado Miguel y al ingenuo Julio, respectivamente, dos seminaristas unidos por la amistad y por las bromas de las que el primero hace objeto al segundo.

El cometido de Rafael de Penagos en este film rodado en el seminario menor de Pilas (Sevilla), y con la autorización del cardenal doctor Bueno Monreal, se salda con unas pocas frases, dichas casi en “off” al principio del film, y otra más, cercano el final del mismo.



- Pelicula completa