EL PAPEL
 

Este papel del que quiero hablar no es el representado por el actor como parte de una obra dramática, tampoco el periódico diario. El papel del que quiero hablar es ese trozo de arbol cortado y descortezado que en un largo proceso y tras pasar por una desfibriladora para convertirla en pasta, depurarla, refinarla, pasarla por unas torbas a la zona de prensado, secado, alisado, bobinadora, cortadora y calandrado, terminar en una papelería o en un imprenta en el caso de que su destino final sea ser impreso con un cuestionario, folleto o formulario, sobre todo para algún organismo oficial.  

Este último es el papel al que me refiero, el que forma parte de esos papeleos largos e inacabables y que sorprendentemente siempre faltan, ese papel que lo pasean de esta mesa a la otra, de este departamento al otro, de este funcionariado a aquél otro organismo que al parecer es el que inicialmente ha de darle el visto bueno, al menos visarlo, ponerle esa mosca tan importante en el margen superior derecho que identifica al delegado que tuvo ese papel retenido durante tres semanas en el portafirmas para detectar después que faltaba la letra del NIF, y es rechazado, devuelto a cada uno de los pasos ya andados, eso en el mejor de los casos, en el peor se queda olvidado debajo de una carpeta que nadie sabe que hace allí ni desde cuando está. 



    El caso es que pasan semanas para deshacer lo andado con lo fácil que es, puesto que estamos localizados informáticamente por hacienda, por la tesorería general del estado, por tráfico que reenvía el cobro de las multas a hacienda, por los ayuntamientos para el cobro del IBI y las tasas de basura y alcantarillado, esas que se atascan cuando caen tres gotas y media de lluvia, estamos controlados, por los bancos, por el asnef y por la madre que los parió a todos, y lo fácil que es digo yo entrar en cualquiera de las bases de dato para ver que al hombre le faltaba una "hache", o llamarlo a uno de los teléfonos fijo y móvil o al correo electrónico requeridos todos ellos en el formulario,

Con lo fácil que es, digo, llamarlo si no quiere molestarse en indagar y decirle al interesado ¿sabía Vd. qe le falta una letra? y el que lo solicita que ni siquiera sabe porqué ha tenido que rellenar ese documento contesta incrédulo y acojonado ¿pero qué letra? yo estoy al día ya pagué la hipoteca, la letra del coche, el derecho de transmisiones, el permiso de obra, el de circulación, el del vado, los recibos de la mancomunidad, el fraccionamiento del iva, los impuestos de apertura y el del cartel de la tienda, el permiso de obra, el alta en la seguridad sociedad y en el epígrafe correspondiente,...¿que letra me falta?  

El todopoderoso funcionario no sabe que el currito de a pie no puede saber de todos los formularios ni procesos de todos los organismos oficiales, que a veces no rellena ni medianamente bien el formulario, ni la solicitud, el documento P4 o el R30 que lo único que le suena es a los barquitos con aquello de agua, tocado y hundido. ¡ Sr. Funcionario ponga Vd. la "hache" !  


    Pasa el tiempo y se llega uno a la ventanilla a recoger un mes después de la fecha fijada para que les de tiempo, y allí no hay nada concretado, buscan, rebuscan, llaman por teléfono a la extensión de otro departamento , y por fín lo tienen localizado, llega una respuesta, estaba allí porque...... ¡ falta un papel !......¿qué papel?

El papel al que me refiero es ese papel, el que siempre falta, el que nadie encuentra o tiene, el papel más importante de cualquier proceso documental en un organismo oficial, el papel que sin él no se consigue nada, ni una subvención, ni una reducción, ni una bonificación, una recalificación o el simple fraccionamiento del pago de cualquier impuesto.  
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© "Los niños de Juan Manuel" - Junio 2009"