MADE IN PILAS
 




    La palabra internacional americana made de sobra es de todos conocido. Made: hecho, compuesto, confeccionado, fabricado, preparado.

    Pilas no era una fábrica y por tanto de allí no salían prototipos ni tampoco individualidades con las mismas estructuras y cualidades.

Pilas, el Seminario de Pilas surgió de una idea, de un sueño que tenía como mejor postor al Cardenal Bueno Monreal, quien movió los hilos necesarios hasta conseguir un terreno propicio, unos créditos sin intereses y el arropo de todos aquellos que igualmente estaban prendados con el proyecto y que arrimaron el hombro para que aquél sueño se hiciera realidad. 

El proyecto fue cuajando, el arquitecto se convirtió en un creador espiritual haciendo un conjunto novedoso pensando en la juventud y en su libertad en la naturaleza. El "empresario" se rodeó del mejor equipo de directivos espirituales que con las mínimas directrices y dado su espiritu y preparación, a modo de encargados y capataces de grupo fueron dirigiendo, preparando y convirtiendo a niños en hombres para el futuro.  


    Hombres hoy, que sin ser iguales llevan todos en su interior la misma mecánica, los mismos conocimientos, la misma tecnología práctica y casi los mismos objetivos. Hombres que andurrean por aquí y por allí, sin marca ni credencial, y que por ser hombres y no máquinas, andurrean, digo, casi con los mismos sentimientos, con las mismas inquietudes, con el mismo sello que nos marca, con los mismas inquietudes sociales, con las mismas necesidades y con un potencial para desarrollar de una manera u otra pero todas alimentadas por una gran moral y un sentimiento de amistad.

No importa en dónde estés o en que te desenvuelvas, no importa si has llegado o si te has quedado a mitad de camino en tus objetivos, no importa si conseguistes en la vida lo que esperabas, solo importa caminar, tender una mano si es preciso, escuchar, consolar, atender, mirar a tu alrededor, y recordar sin olvidar.  

Todos somos distintos, no cabe la menor duda, como tampoco la hay en que los que pasamos por Pilas, por el Seminario de Pilas, hemos sido unos privilegiados, unos afortunados que fuimos formados y que salimos forjados con ese algo que nos identifica.  

AQUI NO VIVE UN CURA, pero mi agradecimiento a todos aquellos que compartieron con nosotros su tiempo y sus desvelos. 
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© "Los niños de Juan Manuel" - Junio 2009"